Oficina de enlace del Gran Ayatolá Sayyid Ali Al Sistani (L.M.H.L) en Londres, Europa, América del Norte y del Sur.
hm. (1)
La revelación de la Escritura procede de Alá, el Poderoso, el Omnisciente. (2)
Que perdona el pecado, acepta el arrepentimiento, es severo en castigar y lleno de poder. No hay más dios que Él. ¡Él es el fin de todo! (3)
No discuten sobre los signos de Alá sino los infieles. ¡Que sus idas y venidas por el país no te turben! (4)
Antes de ellos, ya el pueblo de Noé había desmentido. Luego, también los coalicionistas. Los miembros de cada comunidad habían planeado apoderarse del enviado que se les había mandado. Y discutieron con argucias para, así, derribar la Verdad. Entonces, Yo me los llevé y ;¡cuál no fue Mi castigo! (5)
Así se cumplió la sentencia de tu Señor contra los infieles: que serían los moradores del Fuego. (6)
Los que llevan el Trono y los que están a su alrededor celebran las alabanzas de su Señor, creen en Él y Le piden que perdone a los creyentes: «¡Señor! Tú lo abarcas todo en Tu misericordia y en Tu ciencia. ¡Perdona, pues, a los que se arrepienten y siguen Tu camino! ¡Líbrales del castigo del fuego de la gehena! (7)
¡Señor! ¡Introdúceles en los jardines del edén que les prometiste, junto con aquéllos de sus padres, esposas y descendientes que fueron buenos! Tú eres el Poderoso, el Sabio. (8)
¡Líbrales de mal! Ese día, aquél a quien hayas librado de mal será objeto de Tu misericordia. ¡Ése es el éxito grandioso!» (9)
A los que no hayan creído se les gritará: «El aborrecimiento que Alá os tiene es mayor que el aborrecimiento que os tenéis a vosotros mismos, por cuanto, invitados a creer, no creísteis». (10)
Dirán: «¡Señor! Nos has hecho morir dos veces y vivir otras dos. Confesamos, pues, nuestros pecados. ¿Hay modo de salir?» (11)
Esto os pasa porque, cuando se invocaba a Alá Solo, no creíais, mientras que, si se Le asociaban otros dioses, creíais. La decisión, pues, pertenece a Alá, el Altísimo, el Grande. (12)
Él es Quien os muestra Sus signos, Quien os hace bajar del cielo sustento. Pero no se deja amonestar sino quien vuelve a Él arrepentido. (13)
Invocad, pues, a Alá, rindiéndole culto sincero, a despecho de los infieles. (14)
De elevada dignidad y Señor del Trono, echa el Espíritu que procede de Su orden sobre quien Él quiere de Sus siervos, para que prevenga contra el día del Encuentro. (15)
Ese día surgirán, sin que nada de ellos pueda ocultarse a Alá. Ese día, ¿de quién será el dominio? ¡De Alá, el Uno, el Invicto! (16)
Ese día cada uno será retribuido según sus méritos. ¡Nada de injusticias ese día! Alá es rápido en ajustar cuentas. (17)
Prevénles contra el día de la Inminente, cuando, angustiados, se les haga un nudo en la garganta. No tendrán los impíos ningún amigo ferviente ni intercesor que sea escuchado. (18)
Conoce la perfidia de los ojos y lo que ocultan los pechos. (19)
Alá decide según justicia. En cambio, los otros que ellos invocan en lugar de invocarle a Él no pueden decidir nada. Alá es Quien todo lo oye, Quien todo lo ve. (20)
Pues, ¡qué! ¿No han ido por la tierra y mirado cómo terminaron sus antecesores? Eran más poderosos y dejaron más huellas en la tierra. Entonces, Alá les sorprendió por sus pecados y no hubo quien pudiera protegerles contra Alá. (21)
Es que cuando los enviados vinieron a ellos con las pruebas claras, no creyeron y Alá les sorprendió. Es fuerte y castiga severamente. (22)
Enviamos Moisés con Nuestros signos y con una autoridad manifiesta (23)
a Faraón, a Hamán y a Coré. Ellos dijeron: «Un mago mentiroso». (24)
Cuando les trajo la verdad de Nosotros, dijeron: «¡Matad a los hijos varones de los que creen como él y dejad con vida a sus mujeres!» Pero la artimaña de los infieles fue inútil. (25)
Faraón dijo: «¡Dejadme que mate a Moisés, y que invoque él a su Señor! Temo que cambie vuestra religión, o que haga aparecer la corrupción en el país». (26)
Moisés dijo: «Me refugio en mi Señor y Señor vuestro contra todo soberbio que no cree en el día de la Cuenta». (27)
Un hombre creyente de la familia de Faraón, que ocultaba su fe, dijo: «¿Vais a matar a un hombre por el mero hecho de decir ´Mi Señor es Alá´ siendo así que os ha traído las pruebas claras de vuestro Señor? Si miente, su mentira recaerá sobre él. Pero, si dice verdad, os alcanzará algo de aquello con que os amenaza. Alá no dirige al inmoderado, al mentiroso. (28)
¡Pueblo! Habiendo vencido en la tierra, vuestro es el dominio hoy. Pero, cuando nos alcance el rigor de Alá, ¿quién nos librará de él?» Faraón dijo: «Yo no os hago ver sino lo que yo veo y no os dirijo sino por el camino recto». (29)
El que creía dijo: «¡Pueblo! Temo por vosotros un día como el de los coalicionistas, (30)
como ocurrió al pueblo de Noé, a los aditas, a los tamudeos y a los que vinieron después de ellos. Alá no quiere la injusticia para Sus siervos. (31)
¡Pueblo! Temo que viváis el día de la Llamada Mutua, (32)
día en que volveréis la espalda y no tendréis a nadie que os proteja de Alá. Aquél a quien Alá extravía no tendrá quien le dirija. (33)
Ya antes había venido José a vosotros con las pruebas claras y siempre dudasteis de lo que os trajo. Hasta que, cuando pereció dijisteis: ´Alá no mandará a ningún enviado después de él´. Así extravía Alá al inmoderados al escéptico». (34)
Quienes discuten sobre los signos de Alá sin haber recibido autoridad... Es muy aborrecible para Alá y para los creyentes. Así sella Alá el corazón de todo soberbio, de todo tirano. (35)
Faraón dijo: «¡Hamán! ¡Constrúyeme una torre! Quizás, así, alcance las vías, (36)
Las vías que conducen al cielo, y suba al Dios de Moisés. Sí, creo que éste miente». Así se engalanó a Faraón la maldad de su acto y fue apartado del Camino. Pero se malograron sus artimañas. (37)
El que creía dijo: «¡Pueblo! ¡Seguidme! Os dirigiré por el camino recto. (38)
¡Pueblo! Esta vida de acá no es sino breve disfrute, mientras que la otra vida es la Morada de la Estabilidad. (39)
Quien obre mal no será retribuido sino con una pena similar. En cambio, los creyentes, varones o hembras, que obren bien entrarán en el Jardín y serán proveídos en él sin medida. (40)
¡Pueblo! ¿Como es que yo os llamo a la salvación, mientras que vosotros me llamáis al Fuego? (41)
Me llamáis a que sea infiel a Alá y a que Le asocie algo de lo que no tengo conocimiento, mientras que yo os llamo al Poderoso, al Indulgente. (42)
¡En verdad, aquello a lo que me llamáis no merece ser invocado, ni en la vida de acá ni en la otra! Sí, volveremos a Alá y los inmoderados serán los moradores del Fuego. (43)
Entonces, os acordaréis de lo que os digo. En cuanto a mí, me pongo en manos de Alá. Alá ve bien a Sus siervos». (44)
Alá le preservó de los males que habían tramado y sobre la gente de Faraón se abatió el mal castigo: (45)
el Fuego, al que se verán expuestos mañana y tarde. El día que llegue la Hora: «¡Haced que la gente de Faraón reciba el castigo más severo!» (46)
Cuando discutan, ya en el Fuego, los que fueron débiles dirán a los que fueron altivos: «Os hemos seguido. ¿Vais a librarnos de parte del Fuego?» (47)
Los altivos dirán: «Estamos todos en él. Alá ha decidido entre Sus siervos». (48)
Los que estén en el Fuego dirán a los guardianes de la gehena: «¡Rogad a vuestro Señor que nos abrevie un día del castigo!» (49)
Dirán: «¡Cómo! ¿No vinieron a vosotros vuestros enviados con las pruebas claras?» Dirán: «¡Claro que sí!» Dirán: «Entonces, ¡invocad vosotros!» Pero la invocación de los infieles será inútil. (50)
Sí, a Nuestros enviados y a los que crean les auxiliaremos en la vida de acá y el día que depongan los testigos, (51)
el día que ya no sirvan de nada a los impíos sus excusas, sino que sean malditos y tengan la Morada Mala. (52)
Dimos la Dirección a Moisés y dimos en herencia la Escritura a los Hijos de Israel, (53)
como dirección y amonestación para los dotados de intelecto. (54)
¡Ten paciencia! ¡Lo que Alá promete es verdad! Pide perdón por tu pecado y celebra al anochecer y al alba las alabanzas de tu Señor. (55)
Quienes discuten de los signos de Alá sin haber recibido autoridad, no piensan sino en grandezas, que no alcanzarán. ¡Busca, pues, refugio en Alá! Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo ve. (56)
Crear los cielos y la tierra es más Q grande aún que crear a los hombres. Pero la mayoría de los hombres no saben. (57)
No son iguales el ciego y el vidente. Ni los que han creído y obrado bien y los que han obrado mal. ¡Qué poco os dejáis amonestar! (58)
Sí, la Hora llega, no hay duda de ella, pero la mayoría de los hombres no creen. (59)
Vuestro Señor ha dicho: «¡Invocadme y os escucharé! Los que, llevados de su altivez, no Me sirvan entrarán, humillados, en la gehena». (60)
Alá es quien ha dispuesto para vosotros la noche para que descanséis en ella, y el día para que podáis ver claro. Sí, Alá dispensa Su favor a los hombres, pero la mayoría de los hombres no agradecen. (61)
ése es Alá, vuestro Señor, creador de todo. ¡No hay más dios que É! ¡Cómo podéis, pues, ser tan desviados! (62)
Del mismo modo fueron desviados quienes rechazaron los signos de Alá. (63)
Alá es Quien os ha estabilizado la tierra y hecho del cielo un edificio, os ha formado armoniosamente y os ha proveído de cosas buenas. ése es Alá, vuestro Señor. ¡Bendito sea, pues, Alá, Señor del universo! (64)
Él es el Vivo. No hay más dios que É. ¡Invocadle rindiéndole culto sincero! ¡Alabado sea Alá, Señor del universo! (65)
Di: «Cuando he recibido de mi Señor las pruebas claras, se me ha prohibido que sirva a aquéllos que invocáis en lugar de invocar a Alá. He recibido la orden de someterme al Señor del universo». (66)
Él es Quien os ha creado de tierra; luego, de una gota; luego, de un coágulo de sangre. Luego, os hace salir como criaturas para alcanzar, más tarde, la madurez, luego la vejez -aunque algunos de vosotros mueren prematuramente- y llegar a un término fijo. Quizás, así, razonéis. (67)
Él es Quien da la vida y da la muerte. Y cuando decide algo, le dice tan sólo: «¡Sé!» y es. (68)
¿No has visto a quienes discuten de los signos de Alá? ¡Cómo pueden ser tan desviados! (69)
Que han desmentido la Escritura y el mensaje confiado a Nuestros enviados. ¡Van a ver..., (70)
cuando, argolla al cuello y encadenados, sean arrastrados (71)
al agua muy caliente y, luego, sean atizados en el Fuego! (72)
Luego, se les dirá: «¿Dónde está lo que asociabais (73)
en lugar de Alá?» Dirán: «¡Nos han abandonado! Mejor dicho, antes no invocábamos nada». Así extravía Alá a los infieles. (74)
«Eso es por haberos regocijado en la tierra sin razón y por haberos conducido insolentemente. (75)
¡Entrad por las puertas de la gehena, para estar en ella eternamente! ¡Qué mala es la morada de los soberbios!» (76)
¡Ten, pues, paciencia! ¡Lo que Alá promete es verdad! Lo mismo si te hacemos ver algo de aquello con que les amenazamos, que si te llamamos, serán devueltos a Nosotros. (77)
Ya mandamos a otros enviados antes de ti. De algunos de ellos ya te hemos contado, de otros no. Ningún enviado pudo traer signo alguno, sino con permiso de Alá. Cuando llegue la orden de Alá, se decidirá según justicia y, entonces, los falsarios estarán perdidos. (78)
Alá es Quien ha puesto para vosotros los rebaños, para que montéis en unos y de otros os alimentéis, (79)
-tenéis en ellos provecho-, y para que, por ellos, consigáis vuestros propósitos. Ellos y las naves os sirven de medios de transporte. (80)
Él os hace ver Sus signos. ¿Cuál, pues, de los signos de Alá negaréis? (81)
¿No han ido por la tierra y mirado cómo terminaron sus antecesores? Fueron más numerosos que ellos, más poderosos, dejaron más huellas en la tierra, pero sus posesiones no les sirvieron de nada. (82)
Cuando sus enviados vinieron a ellos con las pruebas claras, se alegraron de la ciencia que poseían, pero se vieron cercados por aquello de que se burlaban. (83)
Y, cuando vieron Nuestro rigor, dijeron: «¡Creemos en Alá Solo y renegamos de lo que Le asociábamos!» (84)
Pero, entonces, su fe no les sirvió de nada, después de haber visto Nuestro rigor. Tal es la práctica de Alá, que ya se había aplicado a Sus siervos. Y entonces salieron perdiendo los infieles. (85)