Oficina de enlace del Gran Ayatolá Sayyid Ali Al Sistani (L.M.H.L) en Londres, Europa, América del Norte y del Sur.
Te hemos concedido un claro éxito. (1)
Para perdonarte Alá tus primeros y tus últimos pecados, pefeccionar Su gracia en ti y dirigirte por una vía recta. (2)
Para prestarte Alá un auxilio poderoso. (3)
Él es Quien ha hecho descender la sakina en los corazones de los creyentes para incrementar su fe. Las legiones de los cielos y de la tierra son de Alá. Alá es omnisciente, sabio. (4)
Para introducir a los creyentes y a las creyentes en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente, y borrarles sus malas obras. Esto es, para Alá, un éxito grandioso. (5)
Para castigar a los hipócritas y a las hipócritas, a los asociadores y a las asociadoras que piensan mal de Alá. Sufrirán un revés. Alá se irritará con ellos, les maldecirá y les preparará la gehena. ¡Mal fin...! (6)
Las legiones de los cielos y de la tierra son de Alá. Alá es poderoso, sabio. (7)
Te hemos enviado como testigo, como nuncio de buenas nuevas y como monitor, (8)
para que los hombres crean en Alá y en Su Enviado, para que le ayuden y honren, para que Le glorifiquen mañana y tarde. (9)
Los que te juran fidelidad, la juran, en realidad, a Alá. La mano de Alá está sobre sus manos. Si uno quebranta una promesa la quebranta, en realidad, en detrimento propio. Si, en cambio, es fiel a la alianza concertada con Alá, Él le dará una magnífica recompensa. (10)
Los beduinos dejados atrás te dirán: «Nuestros bienes y familias nos han retenido. ¡Pide que nos perdone!» Dicen de palabra lo que no tienen en el corazón. Di: «¿Y quién podría impedir que Alá os hiciera mal o bien, si Él lo deseara?» ¡No! ¡Alá está bien informado de lo que hacéis! (11)
¡No! Creíais que el Enviado y los creyentes no iban a regresar nunca a los suyos y la idea os halagó. Pensasteis mal... Sois gente perdida... (12)
Quien no cree en Alá y en su Enviado... Hemos preparado para los infieles fuego de gehena. (13)
El dominio de los cielos y de la tierra pertenece a Alá. Perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere. Alá es indulgente, misericordioso. (14)
Cuando os pongáis en marcha para apoderaros de botín, los dejados atrás dirán: «¡Dejad que os sigamos!» Quisieran cambiar la Palabra de Alá. Di: «¡No nos seguiréis! ¡Así lo ha dicho Alá antes!» Ellos dirán: «¡No! ¡Es que tenéis celos de nosotros...!» ¡No! Comprenden, pero poco. (15)
Di a los beduinos dejados atrás: «Se os llamará contra un pueblo dotado de gran valor, contra el que tendréis que combatir a menos que se rinda. Si obedecéis, Alá os dará una bella recompensa. Pero, si volvéis la espalda, como ya hicisteis en otra ocasión, os infligirá un castigo doloroso». (16)
«No hay por qué reprochar al ciego, al cojo o al enfermo. Y a quien obedezca a Alá y a Su Enviado, Él le introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos. A quien, en cambio, vuelta la espalda, Él le infligirá un castigo doloroso»: (17)
Alá ha estado satisfecho de los creyentes cuando éstos te han jurado fidelidad al pie del árbol. Él sabía lo que sus corazones encerraban e hizo descender sobre ellos la sakina, prometiéndoles, como recompensa, un éxito cercano (18)
y mucho botín, del que se apoderarán. Alá es poderoso, sabio. (19)
Alá os ha prometido mucho botín, del que os apoderaréis. Os ha acelerado éste y ha retirado de vosotros las manos de la gente, a fin de que sea signo para los creyentes y de dirigiros por una vía recta. (20)
Y otro cuyo logro no está en vuestras manos pero sí en las de Alá. Alá es omnipotente. (21)
Si los infieles hubieran combatido contra vosotros, habrían vuelto la espalda. Luego, no encontrarán amigo ni auxiliar. (22)
Tal es la práctica de Alá, que ya se había aplicado antes. Y encontrarás la práctica de Alá irreemplazable. (23)
Él es Quien, en el valle de La Meca, retiró de vosotros sus manos y de ellos las vuestras, luego de haberos dado la victoria sobre ellos. Alá ve bien lo que hacéis. (24)
Son ellos los infieles que os apartaron de la Mezquita Sagrada e impidieron que la víctima llegara al lugar del sacrificio. Y, si no llega a ser por hombres creyentes y por mujeres creyentes, a quienes no podíais reconocer, y que os exponíais, sin querer, a pisotear, provocando represalias por su parte... Para que Alá introduzca en Su misericordia a quien Él quiere. Si hubiera sido posible distinguirles, habríamos infligido un doloroso castigo a los infieles que entre ellos había. (25)
Cuando, dejados llevar los infieles de su fanatismo, el fanatismo propio del paganismo, Alá hizo descender Su sakina sobre Su Enviado y sobre los creyentes, y les impuso la palabra del temor de Alá. Tenían pleno derecho a ella y la merecían. Alá es omnisciente. (26)
Alá ha realizado, ciertamente, el sueño de su Enviado: «En verdad, que habéis de entrar en la Mezquita Sagrada, si Alá quiere, en seguridad, con la cabeza afeitada y el pelo corto, sin temor». Él sabía lo que vosotros no sabíais. Además, ha dispuesto un éxito cercano. (27)
Él es Quien ha mandado a Su Enviado con la Dirección y con la religión verdadera, para que prevalezca sobre toda otra religión. ¡Alá basta como testigo! (28)
Mahoma es el Enviado de Alá. Quienes están con él son severos con los infieles y cariñosos entre sí. Se les ve inclinados o prosternados, buscando favor de Alá y satisfacerle. Se les nota en el rostro que se prosternan. Tal es su imagen en la Tora. Y en el Evangelio se les compara con la semilla que, habiendo germinado, fortifica su brote y éste crece y se yergue en el tallo, constituyendo la alegría del sembrador, para terminar irritando a los infieles por su medio. A quienes de ellos crean y obren bien, Alá les ha prometido perdón y una magnífica recompensa. (29)