Oficina de enlace del Gran Ayatolá Sayyid Ali Al Sistani (L.M.H.L) en Londres, Europa, América del Norte y del Sur.

El arrepentimiento (At taueba)

Denuncia por Alá y Su Enviado de la alianza que habéis concertado con los asociadores: (1)

«Circulad por la tierra durante cuatro meses. Pero sabed que no podréis escapar de Alá y que Alá llenará de vergüenza a los infieles». (2)

Proclama de Alá y Su Enviado, dirigida a los hombres el día de la peregrinación mayor. «Alá no es responsable de los asociadores, y Su Enviado tampoco. Si os arrepentís será mejor para vosotros. Pero, si volvéis la espalda, sabed que no escaparéis de Alá». ¡Anuncia a los infieles un castigo doloroso! (3)

Se exceptúan los asociadores con quienes habéis concertado una alianza y no os han fallado en nada ni han ayudado a nadie contra vosotros. Respetad vuestra alianza con ellos durante el plazo convenido. Alá ama a quienes Le temen. (4)

Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, entonces ¡dejadles en paz! Alá es indulgente, misericordioso. (5)

Si uno de los asociadores te pide protección concédesela, para que oiga la Palabra de Alá. Luego, facilítale la llegada a un lugar en que esté seguro. Es que son gente que no sabe. (6)

¿Cómo podrán los asociadores concertar una alianza con Alá y con Su Enviado, a no ser aquéllos con quienes concertasteis una alianza junto a la Mezquita Sagrada? Mientras cumplan con vosotros, cumplid con ellos. Alá ama a quienes Le temen. (7)

¿Cómo si, cuando os vencen, no respetan alianza ni compromiso con vosotros? Os satisfacen con la boca, pero sus corazones se oponen y la mayoría son unos perversos. (8)

Han malvendido los signos de Alá y han desviado a otros de Su camino. ¡Qué detestable es lo que han hecho! (9)

No respetan alianza ni compromiso con el creyente. ¡ ésos son los que violan la ley! (10)

Pero si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, entonces serán vuestros hermanos en religión. Exponemos claramente las aleyas a gente que sabe. (11)

Pero, si violan sus juramentos después de haber concluido una alianza y atacan vuestra religión, combatid contra los jefes de la incredulidad. No respetan ningún juramento. Quizás, así, desistan. (12)

¿Cómo no vais a combatir contra gente que ha violado su juramento, que hubiera preferido expulsar al Enviado y os atacó primero? ¿Les tenéis miedo, siendo así que Alá tiene más derecho a que Le tengáis miedo? Si es que sois creyentes... (13)

¡Combatid contra ellos! Alá le castigará a manos vuestras y les llenará de vergüenza, mientras que a vosotros os auxiliará contra ellos, curando así los pechos de gente creyente (14)

y desvaneciendo la ira de sus corazones. Alá se vuelve hacia quien Él quiere. Alá es omnisciente, sabio. (15)

¿O es que habéis creído que se os iba a dejar en paz y que Alá aún no conoce a quienes de vosotros han combatido sin trabar amistad con nadie, fuera de Alá, de Su Enviado y de los creyentes? Alá está bien informado de lo que hacéis. (16)

Los asociadores no deben cuidar del mantenimiento de las mezquitas de Alá, siendo testigos contra sí mismos de su incredulidad. Ésos, ¡qué vanas son sus obras! ¡Estarán en el Fuego eternamente! (17)

.Que sólo cuide del mantenimiento de las mezquitas de Alá quien crea en Alá y en el último Día, haga la azalá, dé el azaque y no tenga miedo sino de Alá. Quizás ésos sean de los bien dirigidos... (18)

¿Vais a comparar al que da de beber a los peregrinos y cuida del mantenimiento de la Mezquita Sagrada con el que cree en Alá y en el último Día y lucha por Alá? No son iguales para Alá. Alá no dirige al pueblo impío. (19)

Quienes crean, emigren y luchen por Alá con su hacienda y sus personas tendrán una categoría más elevada junto a Alá. Ésos serán los que triunfen. (20)

Su Señor les anuncia Su misericordia y satisfacción, así, como jardines en los que gozarán de delicia sin fin, (21)

en los que estarán eternamente, para siempre. Alá tiene junto a Sí una magnífica recompensa. (22)

¡Creyentes! No toméis como amigos a vuestros padres y a vuestros hermanos si prefieren la incredulidad a la fe. Quienes de vosotros les consideran amigos, ésos son los impíos. (23)

Di: «Si preferís vuestros padres, vuestros hijos varones, vuestros hermanos, vuestras esposas, vuestra tribu, la hacienda que habéis adquirido, un negocio por cuyo resultado teméis y casas que os placen, a Alá y a Su Enviado y a la lucha por Su causa, esperad a que venga Alá con Su orden...» Alá no dirige al pueblo perverso. (24)

Alá os ha ayudado a vencer en muchos sitios. Y el día de Hunayn, cuando, complacidos por vuestro gran número, éste no os sirvió de nada; cuando la tierra, a pesar de su vastedad, os resultó angosta y volvisteis la espalda para huir. (25)

Alá, entonces, envió de los alto Su sakina sobre Su Enviado y sobre los creyentes. Hizo también descender legiones invisibles a vuestros ojos y castigó a los que no creían. Ésa es la retribución de los infieles. (26)

Pero, después de eso, Alá se volverá hacia quien Él quiera. Alá es indulgente, misericordioso. (27)

¡Creyentes! Los asociadores son mera impureza. ¡Que no se acerquen, pues, a la Mezquita Sagrada después de este su año! Si teméis escasez, Alá os enriquecerá por favor Suyo, si quiere. Alá es omnisciente, sabio. (28)

¡Combatid conta quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alá ni en el último Día, ni prohíben lo que Alá y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente! (29)

Los judíos dicen: «Uzayr es el hijo de Alá». Y los cristianos dicen: «El Ungido es el hijo de Alá». Eso es lo que dicen de palabra. Remedan lo que ya antes habían dicho los infieles. ¡Que Alá les maldiga! ¡Cómo pueden ser tan desviados! (30)

Han tomado a sus doctores y a sus monjes, así como al Ungido, hijo de María, como señores, en lugar de tomar a Alá cuando las órdenes que habían recibido no eran sino de servir a un Dios Uno. ¡No hay más dios que Él! ¡Gloria a Él! ¡Está por encima de lo que Le asocian! (31)

Quisieran apagar de un soplo la Luz de Alá pero Alá no desea sino que resplandezca, a despecho de los infieles. (32)

Él es Quien ha mandado a Su Enviado con la Dirección y con la religión verdadera para que, a despecho de los asociadores, prevalezca sobre toda otra religión. (33)

¡Creyentes! Muchos doctores y monjes devoran, sí, la hacienda ajena injustamente, desviando a otros del camino de Alá. A quienes atesoran oro y plata y no lo gastan por la causa de Alá, anúnciales un castigo doloroso, (34)

el día que esos metales se pongan candentes en el fuego de la gehena y sus frentes, costados y espaldas sean marcados con ellos: «Esto es lo que atesorabais para vosotros. ¡Gustad, pues, lo que atesorabais!» (35)

El número de meses, para Alá, es de doce. Fueron inscritos en la Escritura de Alá el día que creó los cielos y la tierra. De ellos, cuatro son sagrados: ésa es la religión verdadera. ¡No seáis injustos con vosotros mismos no respetándolos! ¡Y combatid todos contra los asociadores como ellos también combaten todos contra vosotros! Y sabed que Alá está con los que Le temen. (36)

El mes intercalar no significa más que un incremento en la incredulidad, con la que se extravían los infieles. Lo declaran profano un año y sagrado otro año, para estar de acuerdo con el número de lo que Alá ha declarado sagrado, declarando así profano lo que Alá ha declarado sagrado. La malicia de sus obras ha sido engalanada, pero Alá no dirige al pueblo infiel. (37)

¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuando se os dice: «¡Id a la guerra por la causa de Alá!» permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de acá a la otra? Y ¿qué es el breve disfrute de la vidad de acá comparado con la otra, sino bien poco...? (38)

Si no vais a la guerra, os infligirá un doloroso castigo. Hará que otro pueblo os sustituya, sin que podáis causarle ningún daño. Alá es omnipotente. (39)

Si le negáis auxilio, Alá sí que le auxilió cuando, expulsado por los infieles, con un solo compañero, le decía a éste estando los dos en la cueva: «¡No estés triste! ¡Alá está con nosotros!» Alá hizo descender sobre él Su sakina y le reforzó con legiones invisibles a vuestros ojos. Alá puso Su Palabra por encima de la palabra de los infieles.. Alá es poderoso, sabio. (40)

¡Id a la guerra, tanto si os es fácil como si os es difícil! ¡Luchad por Alá con vuestra hacienda y vuestras personas! Es mejor para vosotros. Si supierais... (41)

Si se hubiera tratado de una ventaja inmediata o de un viaje corto, te habrían seguido, pero el objetivo les ha parecido distante. Jurarán por Alá: «Si hubiéramos podido, os habríamos acompañado a la guerra». Se pierden a sí mismos. Alá sabe que mienten. (42)

¡Que Alá te perdone! ¿Por qué les has dispensado antes de haber distinguido a los sinceros de los que mienten? (43)

Quienes creen en Alá y en el último Día no te piden dispensa cuando de luchar con su hacienda y sus personas se trata. Alá conoce bien a quienes Le temen. (44)

Sólo te piden dispensa quienes no creen en Alá y en el último Día, aquéllos cuyos corazones están llenos de dudas y que, por dudar, vacilan. (45)

Si hubieran querido ir a la guerra, se habrían preparado para ello, pero Alá no ha aprobado su marcha. Les ha infundido pereza y se les ha dicho: «¡Quedaos con los que se quedan!» (46)

Si os hubieran acompañado a la guerra, no habrían hecho más que aumentar la confusión y habrían sembrado la desconfianza entre vosotros, buscando soliviantaros. Hay entre vosotros quienes dan oídos a lo que dicen, pero Alá conoce bien a los impíos. (47)

Ya buscaron antes soliviantar y enredaron bien tus asuntos hasta que vino la Verdad y apareció la orden de Alá, a despecho de ellos. (48)

Hay entre ellos quien dice: «Dispénsame y no me tientes!» Pero ¿es que no han caído ya en la tentación? La gehena, ciertamente, cercará a los infieles. (49)

Si te sucede algo bueno, les duele, y, si te aflige una desgracia, dicen: «¡Ya hemos tomado nuestras precauciones!» Y se van tan contentos... (50)

Di: «Sólo podrá ocurrirnos lo que Alá nos haya predestinado. Él es nuestro Dueño. ¡Que los creyentes, pues, confíen en Alá!» (51)

Di: «Qué podéis esperar para nosotros sino una de las dos contingencias más bellas?» Nosotros, en cambio, esperamos que Alá os aflija con un castigo venido de Él o a manos nuestras. ¡Esperad, pues! Nosotros también esperamos con vosotros. (52)

Di: «Da lo mismo que deis limosna a gusto o a disgusto, pues no se os ha de aceptar, ya que sois gente perversa». (53)

Lo único que ha impedido que su limosna sea aceptada es que no creen en Alá ni en Su Enviado, no acuden a la azalá sino perezosamente y no dan limosna sino a disgusto. (54)

¡No te maravilles de su hacienda ni de sus hijos! Alá sólo quiere con ello castigarles en la vida de acá y que exhalen su último suspiro siendo infieles. (55)

Juran por Alá que son, sí, de los vuestros, pero no lo son, sino que son gente que tiene miedo. (56)

Si encontraran un refugio o cuevas o algún sitio donde poder esconderse irían allá a toda prisa. (57)

Algunos de ellos te critican a propósito de las limosnas. Si se les da de ellas, están contentos; si no se les da de ellas, se enfadan. (58)

Si quedaran satisfechos de lo que Alá y Su Enviado les han dado y dijeran: «¡Alá nos basta! Alá nos dará de Su favor y Su Enviado también. ¡Deseamos ardientemente a Alá!»... (59)

Las limosnas son sólo para los necesitados, los pobres, los limosneros, aquéllos cuya voluntad hay que captar, los cautivos, los insolventes, la causa de Alá y el viajero. Es un deber impuesto por Alá. Alá es omnisciente, sabio. (60)

Hay entre ellos quienes molestan al Profeta y dicen: «¡Es todo oídos!» Di: «Por vuestro bien es todo oídos. Cree en Alá y tiene fe en los creyentes. Es misericordioso para aquéllos de vosotros que creen». Quienes molesten al Enviado de Alá, tendrán un castigo doloroso. (61)

Os juran por Alá por satisfaceros, pero Alá tiene más derecho, y Su Enviado también, a que Le satisfagan. Si es que son creyentes... (62)

¿No saben que quien se opone a Alá y a Su Enviado tendrá eternamente el Fuego de la gehena? ¡Qué enorme deshonra..! (63)

Los hipócritas temen la revelación de una sura que les informe del contenido de sus corazones. Di: «¡Burlaos, que ya sacará Alá lo que teméis!» (64)

Si les preguntas, dicen: «No hacíamos más que parlotear y bromear». Di: «¡Os burlabais de Alá, de Sus signos y de Su Enviado?» (65)

¡No os disculpéis! Habéis dejado de creer después de haber creído y, si perdonamos a alguno de vosotros, castigaremos a otros por haber sido pecadores. (66)

Los hipócritas y las hipócritas son todos uno. Ordenan lo que está mal y prohíben lo que está bien. Cierran sus manos. Han olvidado a Alá y Él les ha olvidado. Los hipócritas son los perversos. (67)

Alá ha amenazado a los hipócritas, a las hipócritas y a los infieles con el fuego de la gehena, en el que estarán eternamente. Les bastará. ¡Qué Alá les maldiga! Tendrán un castigo permanente. (68)

Lo mismo les pasó a los que os precedieron. Eran más fuertes que vosotros, más ricos y tenían más hijos. Disfrutaron de su parte. Disfrutad vosotros también de vuestra parte, como vuestros antecesores disfrutaron de la suya. Habéis parloteado igual que ellos. Vanas fueron sus obras en la vida de acá y vanas lo serán en la otra. Ésos son los que pierden. (69)

¿No se han enterado de lo que pasó a quienes les precedieron: el pueblo de Noé, los aditas, los tamudeos, el pueblo de Abraham, los madianitas y los de las vueltas de arriba abajo? Sus enviados vinieron a ellos con las pruebas claras. No fue Alá quien fue injusto con ellos, sino que ellos lo fueron consigo mismos. (70)

Pero los creyentes y las creyentes son amigos unos de otros. Ordenan lo que está bien y prohíben lo que está mal. Hacen la azalá, dan el azaque y obedecen a Alá y a Su Enviado. De ésos se apiadará Alá. Alá es poderoso, sabio. (71)

Alá ha prometido a los creyentes y a las creyentes jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente, y viviendas agradables en los jardines del edén. Pero la satisfacción de Alá será mejor aún. ¡Ése el éxito grandioso! (72)

¡Profeta! ¡Combate contra los infieles y los hipócritas, sé duro con ellos! Su refugio será la gehena. ¡Qué mal fin...! (73)

Juran por Alá que no han profesado la incredulidad, cuando la verdad es que sí. Han apostado después de haber abrazado el islam. Aspiraban a algo que no han conseguido y han quedado resentidos sólo por no haber obtenido más que aquello con que Alá y Su Enviado les han enriquecido, por favor Suyo. Sería mejor para ellos que se arrepintieran. Si vuelven la espalda, Alá les infligirá un castigo doloroso en la vida de acá y en la otra. No encontrarán en la tierra amigo ni auxiliar. (74)

Algunos de ellos han concertado una alianza con Alá: «Si nos da algo de Su favor, sí que daremos limosna, sí que seremos de los justos». (75)

Pero, cuando les da algo de Su favor, se muestran avaros de ello, vuelven la espalda y se van. (76)

Así, ha infundido en su ánimo la hipocresía hasta el día que Le encuentren, por haber faltado a lo que habían prometido a Alá y por haber mentido. (77)

¿No saben que Alá conoce sus secretos y sus conciliábulos, y que Alá conoce a fondo las cosas ocultas? (78)

Son ellos los que critican, tanto a los creyentes que, espontáneamente, dan limosna, como a quienes sólo con un gran esfuerzo consiguen darla. Se burlan de ellos. También Alá se burlará de ellos y tendrán un castigo doloroso. (79)

Da lo mismo que pidas o no que se les perdone. Aunque lo pidieras setenta veces, Alá no les perdonaría, porque no han creído en Alá y en Su Enviado. Alá no dirige al pueblo perverso. (80)

Los dejados atrás se alegraron de poder quedarse en casa en contra del Enviado de Alá. Les repugnaba luchar por Alá con su hacienda y sus personas y decían: «No vayáis a la guerra con este calor». Di: «El fuego de la gehena es aún más caliente». Si entendieran... (81)

¡Que rían, pues, un poco! Ya llorarán, y mucho, como retribución de lo que han cometido. (82)

Si Alá vuelve a llevarte a un grupo de ellos y te piden permiso para ir a la guerra, di: «¡No iréis nunca conmigo! ¡No combatiréis conmigo contra ningún enenmigo! Preferisteis una vez quedaros en casa. ¡Quedaos, pues, con los que se quedan detrás!» (83)

¡No ores nunca por ninguno de ellos cuando muera, ni te detengas ante su tumba! No han creído en Alá y en Su Enviado y han muerto en su perversidad. (84)

¡ No te maravilles de su hacienda y de sus hijos! Alá sólo quiere con ello castigarles en la vida de acá y que exhalen su último suspiro siendo infieles. (85)

Cuando se revela una sura: «¡Creed en Alá y combatid junto a Su Enviado», los más ricos de ellos te piden permiso y dicen: «¡Deja que nos quedemos con los que se quedan!» (86)

Prefieren quedarse con las mujeres dejadas detrás. Han sido sellados sus corazones, así que no entienden. (87)

Pero el Enviado y los que con él creen combaten con su hacienda y sus personas. Suyas serán las cosas buenas. Ésos son los que prosperarán. (88)

Alá les ha preparado jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente ¡Ése es el éxito grandioso. (89)

Los beduinos que se excusan vienen a que se les dé permiso. Los que mienten a Alá y a Su Enviado se quedan en casa. Un castigo doloroso alcanzará a los que de ellos no crean. (90)

Si son sinceros para con Alá y con Su Enviado, no habrá nada que reprochar a los débiles, a los enfermos, a los que no encuentran los medios. No hay motivo contra los que obran con honradez. Alá es indulgente, misericordioso. (91)

Tampoco contra aquéllos a quienes, viniendo a ti para que les facilites montura, dices: «No os encuentro montura» y se vuelven con los ojos arrasados de lágrimas de tristeza porque no encuentran los medios. (92)

Sólo hay motivo contra los que, siendo ricos, te piden permiso. Prefieren quedarse con las mujeres dejadas detrás. Alá ha sellado sus corazones, así que no saben. (93)

Se excusarán ante vosotros cuando volváis a ellos. Di: «¡No os excuséis! ¡No vamos a creeros! Alá ya nos ha informado acerca de vosotros. Alá y Su Enviado verán vuestras obras. Luego, se os devolverá al Conocedor de lo oculto y de lo patente y ya os informará Él de lo que hacíais». (94)

Cuando regreséis a ellos os pedirán, jurando por Alá, que les dejéis. Dejadles, pues, son una abominación. Su morada será la gehena como retribución de lo que han cometido. (95)

Os conjuran que aceptéis sus excusas. Pero, si vosotros las aceptáis, Alá no las aceptará del pueblo perverso. (96)

Los beduinos son los más infieles, los más hipócritas y los más propensos a ignorar las leyes contenidas en la revelación de Alá a Su Enviado. Alá es omnisciente, sabio. (97)

Algunos beduinos consideran como onerosa obligación pecuniaria lo que gastan, y acechan vuestras vicisitudes. ¡Que sean ellos los que sufran un revés! Alá todo lo oye, todo lo sabe. (98)

Pero hay otros beduinos que creen en Alá y en el último Día y consideran lo que gastan y las oraciones del Enviado como medios de acercarse a Alá. ¿No es esto para ellos un medio de acercarse? Alá les introducirá en Su misericordia. Alá es indulgente, misericordioso. (99)

Alá está satisfecho de los más distinguidos -los primeros de los emigrados y de los auxiliares-, y de quienes les siguieron en sus buenas obras. Ellos también estarán satisfechos de Él, Que les ha preparado jardines por cuyos bajos fluyen arroyos en los que estarán eternamente, para siempre. ¡Ése es el éxito grandioso! (100)

Entre los beduinos que os rodean y entre los medineses hay hipócritas que se obstinan en su hipocresía. Tú no les conoces, Nosotros les conocemos. Les castigaremos dos veces. Luego, serán enviados a un castigo terrible. (101)

Otros en cambio, reconocen sus pecados. Han mezclado obras buenas con otras malas. Tal vez Alá se vuelva a ellos. Alá es indulgente, misericordioso. (102)

¡Deduce de sus bienes una limosna para limpiarles y purificarles con ella! ¡Y ora por ellos! Tu oración les sosiega. Alá todo lo oye, todo lo sabe. (103)

¿No saben que Alá es Quien acepta el arrepentimiento de Sus siervos y recibe las limosnas y que Alá es el Indulgente, el Misericordioso? (104)

Di: «¡Allá vosotros! Alá verá vuestras obras, así como Su Enviado y los creyentes. Se os devolverá al Conocedor de lo oculto y de lo patente y ya os informará Él de lo que hacíais». (105)

A otros se les hace esperar la decisión de Alá: castigo o misericordia. Alá es omnisciente, sabio. (106)

Quienes edificaron una mezquita con ánimo de dañar para ayuda de la incredulidad, para dividir a los creyentes y como refugio para quien había hecho antes la guerra a Alá y a Su Enviado, juran solemnemente: «¡No quisimos sino lo mejor!» Pero Alá es testigo de que mienten. (107)

¡No ores nunca en esa mezquita! Una mezquita fundada desde el primer día en el temor de Alá tiene más derecho a que ores en ella. La frecuentan hombres que gustan de purificarse y Alá ama a los que se purifican. (108)

¿Quién es mejor: quien ha cimentado su edificio en el temor de Alá y en Su satisfacción o quien lo ha cimentado al borde de una escarpa desgastada por la acción del agua y desmoronadiza, que se derrumba arrastrándole al fuego de la gehena? Alá no dirige al pueblo impío. (109)

El edificio que se han construido no dejará de ser motivo de duda en sus corazones, a menos que éstos se hagan pedazos. Alá es omnisciente, sabio. (110)

Alá ha comprado a los creyentes sus personas y su hacienda, ofreciédoles, a cambio, el Jardín. Combaten por Alá: matan o les matan. Es una promesa que Le obliga, verdad, contenida en la Tora. en el Evangelio y en el Corán. Y ¿quién respeta mejor su alianza que Alá? ¡Regocijaos por el trato que habéis cerrado con É! ¡Ése es el éxito grandioso! (111)

Quienes se arrepienten sirven a Alá, Le alaban, ayunan, se inclinan, se prosternan, ordenan lo que está bien y prohíben lo que está mal, observan las leyes de Alá... ¡Y anuncia la buena nueva a los creyentes! (112)

El Profeta y los creyentes no deben pedir el perdón de los asociadores, aunque sean parientes suyos, después de haber visto claramente que morarán en el fuego de la gehena. (113)

El perdón que Abraham pidió para su padre no fue sino en virtud de una promesa que le había hecho; pero, cuando vio claramente que era enemigo de Alá, se desentendió de él. Abraham era, ciertamente, tierno, benigno. (114)

Alá, después de haber dirigido a un pueblo, no va a extraviarle sin antes haberle enseñado lo que debe temer. Alá es omnisciente. (115)

De Alá es el dominio de los cielos y de la tierra. Él da la vida y da la muerte. No tenéis, fuera de Alá, amigo ni auxiliar. (116)

Alá se ha vuelto al Profeta, a los emigrados y a los auxiliares, que le siguieron en una hora de apuro, luego de haberse casi desviado los corazones de algunos de ellos. Se ha vuelto, depués, a ellos. Alá es con ellos manso, misericordioso. (117)

Y a los tres que fueron dejados atrás hasta que la tierra, a pesar de su vastedad, les resultó angosta, y sus espíritus se angustiaron también, y creyeron que no había más refugio contra Alá que Él mismo. Luego, se volvió a ellos para que se arrepintieran. Alá es el Indulgente, el Misericordioso. (118)

¡Creyentes! Temed a Alá y estad con los sinceros. (119)

Los medineses y los beduinos que acampan a su alrededor no deben quedarse a la zaga del Enviado de Alá ni preferir el bienestar propio al de él. Si lo hacen así, no padecerán sed, ni fatiga, ni hambre por Alá. Todo suelo que pisen, para irritación de los infieles, y toda ventaja que obtengan sobre el enemigo, serán inscritos como obra buena. Alá no deja de remunerar a quienes hacen el bien. (120)

No gastarán nada, ni poco ni mucho, no atravesarán valle alguno, que no quede todo inscrito en su favor, para que Alá les retribuya sólo por sus mejores obras. (121)

No tienen por qué acudir todos los creyentes. Que de cada agrupación de ellos sólo algunos acudan a instruirse en la Religión, a fin de advertir a los suyos cuando regresen a ellos. Quizás, así tengan cuidado. (122)

¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Que os encuentren duros! ¡Sabed que Alá está con los que Le temen! (123)

Cuando se revela una sura, hay algunos de ellos que dicen: «Ésta ¿a quién de vosotros le ha aumentado la fe?» Se la aumenta a los que creen, y de ello se regocijan, (124)

mientras que a los enfermos de corazón les aumenta la mancha que ya tenían y mueren siendo infieles. (125)

¿Es que no ven que se les prueba una o dos veces al año? Pero ni se arrepienten ni se dejan amonestar. (126)

Y cuando se revela una sura, se miran unos a otros: «¿Os ve alguien?» Luego, se van. Alá ha desviado sus corazones, porque son gente que no entiende. (127)

Os ha venido un Enviado salido de vosotros. Le duele que sufráis, anhela vuestro bien. Con los creyentes es manso, misericordioso. (128)

Si te vuelven la espalda, di: «¡Alá me basta! ¡No hay más dios que Él! ¡En Él confío! ¡Él es el Señor del Trono augusto!» (129)